Historia de la Semana Santa de Albalate del Arzobispo

Los orígenes de la Semana Santa de Albalate del Arzobispo están ligados al convento de Padres Capuchinos de la localidad. La Venerable Orden Tercera de San Francisco promovió la práctica del Vía Crucis en el Bajo Aragón y en Albalate del Arzobispo, además, construyó el Calvario y la Ermita del Santo Sepulcro. La Cofradía de la Sangre de Cristo, con ordenaciones del año 1680, era la encargada de solemnizar las procesiones de Semana Santa.

Siendo, posiblemente, el pueblo con la costumbre más arraigada de tocar el tambor y el bombo para conmemorar la Pasión y muerte de Cristo, es a finales de los años veinte, cuando unos carpinteros construyeron los primeros tambores y bombos, y apenas veinte albalatinos comenzaron a tocarlos.

Poco a poco, año tras año, el grupo se fue incrementando. En 1932 eran alrededor de 30 tambores y 6 bombos los que tocaban en Albalate del Arzobispo, vestidos con una túnica negra y un tercerol en la cabeza.

Hasta 1936 la procesión era muy reducida. Una imagen por peana, Jesús Nazareno, la Verónica, la Dolorosa y el Cristo Yacente, escoltados por la Guardia Civil en los primeros años y luego por los alabarderos .

Durante la Guerra Civil se quemaron las imágenes, tambores y bombos, perdiéndose casi la totalidad del patrimonio cultural.

En 1946 llegó al pueblo el cura Mosen Francisco Artal, quien empezó de cero a reconstruir la iglesia y a comprar nuevas imágenes para la procesión de Semana Santa.

Entre los años 48 y 50 la procesión se hizo por el interior del pueblo, llevando las peanas al hombro. Hubo muchos problemas, eran muy pesadas y algunas apenas cabían en las bajadas de las calles. En el año 50, cuando se crearon las cofradías, se acordó ponerles ruedas y cambiar el itinerario por calles más anchas para formar el recorrido que aun hoy se realiza. Al mismo tiempo, se fundó una banda de alabarderos, integrada por cometas, tambores y lanzas.

A mediados de los setenta reapareció la afición por tocar el tambor y el bombo, aumentó el número de personas que acudían a «romper la hora» y las cofradías crearon secciones de instrumentos. Además, se adoptó la indumentaria oficial para la Semana Santa: túnica de satén negro, con el tercerol sobre el hombro y pañuelo de seda blanco anudado al cuello.

Albalate del Arzobispo fue una de las últimas poblaciones en ingresar en la Ruta del Tambor y Bombo, en 1983, tras el esfuerzo de unos jóvenes que representaban al pueblo en exaltaciones, convivencias y que, junto a la cuadrilla infantil, merecen nuestro aplauso por su dedicación.

En los años 1984, 1994, 2003 y 2012 se celebraron las jornadas de Convivencia de la Ruta del Tambor y Bombo, inaugurándose en la primera de ellas su monumento al Bombo, obra del escultor José Gonzálvo, que se asienta sobre una prensa de un viejo molino aceitero a la entrada de la población, junto al río Martín.

En 2011, entre el 1 y 3 de abril, Albalate del Arzobispo acogió por primera vez las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y Bombo. En ellas, más de 3.000 tamborileros de 21 localidades de toda España se dieron cita, mostrando sus toques y sus costumbres a toda la localidad. El gran éxito en la organización y participación en este evento todavía está en el recuerdo de todos los participantes.